«Me encantó David Lagos, que estuvo a punto de montar un alboroto, tal fue su conexión con el público. Se trata de un artista de enorme sabiduría flamenca y que creo que ha alcanzado su punto de madurez. Hay que agradecerle su afán por recuperar palos que hoy están prácticamente en desuso, como la caña o las marianas, y la recreación tan personal que de todos los cantes hace. »